Si tienes una huerta o jardín en casa, es bastante probable que te hayas topado con los famosos caracoles, esos animaluchos de movimiento lento que suelen dejar un rastro de baba por donde quiera que pasan.

Si bien es cierto que un caracol no es realmente un problema de suma gravedad, tener demasiados puede ser preocupante.

Y es que, aunque parezcan inofensivos, una infestación por estos moluscos puede acabar con las plantas del jardín, sin mencionar que ver cientos de hilillos de baba dispersos por doquier no es algo que resulte muy agradable a la vista.

Es por ello que, a continuación, te hemos descrito la guía definitiva de los caracoles y algunos consejos para eliminarlos.

¿Qué son los caracoles?

Los caracoles son una especie de moluscos, pertenecientes a la familia de los gastrópodos, donde comparten con las llamadas babosas.

Se caracterizan por ser invertebrados y por poseer únicamente dos partes: un pie y un caparazón que emplean como casa.

Su concha o caparazón se asemeja a un espiral y continúa creciendo a medida que el molusco se va desarrollando, mientras que el pie del caracol es una especie de babosa que puede guardarse totalmente dentro de la concha.

En la parte de la babosa se halla la cabeza del animal, junto con dos pares de tentáculos, unos pequeños y otros más largos, sobre los cuales se sitúan los ojos.

Para movilizarse con mayor facilidad, los caracoles tienden a producir una especie de baba o mucosa, también conocida como linesina.

Esta baba les permite regular su temperatura corporal, impide que se hagan daño y los protege de los insectos.

Pueden vivir hasta un límite de 5 a 7 años y se encuentran en casi todas partes del mundo.

En cuanto a su alimentación, los caracoles son animales herbívoros, por lo que su dieta se basa principalmente en plantas.

Lechugas, zanahorias, laurel, tomillo y pepino son algunas de las fuentes de alimento que estos moluscos disfrutan.

Sin embargo, también se alimentan de las piedras, ya que contienen calcio que les ayuda a fortalecer su caparazón.

Usualmente, los caracoles viven y se alimentan durante la noche, y en el día se ocultan dentro de su caparazón.

¿Por qué aparecen los caracoles?

Características de los caracoles
Características de los caracoles. Photo by Manuel Torres Garcia. Unsplash.

Estos moluscos tienen la capacidad de sobrevivir en diferentes ambientes, desde zonas rurales hasta sitios urbanizados, tanto habitados como deshabitados.

Por lo general, tienden a alojarse en los jardines, campos, pantanos, selvas, y bosques, donde la tierra es usualmente húmeda.

Por esta razón, es muy común encontrarlos merodeando entre las plantas del jardín, las cuales consideran su fuente de alimento.

Como hemos dicho, estas plagas tienen especial preferencia por lugares con tierra húmeda, ya que es perfecta para su desarrollo.

Quienes tienen arroyos o charcas cerca de casa, es probable que tengan caracoles arrastrándose por las cercanías.

Igualmente, en temporadas de lluvia suelen avistarse enormes cantidades de estos moluscos desplazándose por el suelo y las paredes, sin ceder ante la gravedad, principalmente por causa del rocío que queda sobre las superficies y que les da las condiciones necesarias para desenvolverse.

Las rocas, el musgo y las hojas de las plantas son realmente atractivas para estos animaluchos, que no dudan en hacer del jardín de los hogares su sitio de estadía.

Tipos o especies de Caracoles

El mundo de estos moluscos es bastante extenso, ya que existen cientos de especies alrededor del mundo.

Algunos de estos moluscos, como el caracol gigante africano, llegan a medir hasta 30 centímetros, mientras que otros, como el caracol enano, miden apenas 1 milímetro.

Otras especies, como el caracol destructor, no siguen la dieta a base de plantas, sino que presentan una conducta carnívora.

En fin, son realmente incontables los tipos de caracoles que podemos encontrar rondando por allí, entre los cuales tenemos:

Caracoles terrestres

Se desenvuelven principalmente en la tierra, a diferencia de aquellos que lo hacen en el agua, tanto dulce como salada.

A modo general, se les denomina moluscos del orden de los gasterópodos terrestres con concha o caparazón.

Caracoles de agua dulce

Son moluscos que suelen vivir en el agua dulce, es decir, no marina, y la mayoría posee concha o caparazón.

Según las investigaciones, existen alrededor de 4.000 especies de estos bichos dispersos a lo largo y ancho del mundo.

Algunos de ellos respiran a través de sus branquias, mientras que otros salen a la superficie para coger oxígeno.

Caracoles marinos

En contraposición al caracol de agua dulce, estos bichos, también llamados caracoles de mar, viven en el agua salada.

Poseen un caparazón que usualmente posee forma de espiral, aunque también puede llegar a tener una forma cónica.

Sus conchas suelen ser utilizadas como casas por cangrejos ermitaños que ocultan su cuerpo dentro de ellas.

Las subespecies del caracol marino suelen ser muy variadas y algunas de ellas son incluso comestibles para el hombre.

Caracol gigante africano

 Se considera la especie de caracol terrestre más grande del mundo, llegando a medir  30 centímetros de longitud.

Se le considera potencialmente peligroso, ya que puede transmitir bacterias delicadas a través del contacto con su baba o mucus.

Picadura de los caracoles

Caracoles
Caracoles. Photo by blackieshoot. Unsplash.

Un dilema del cual se escucha hablar con mucha frecuencia es aquel que va sobre los caracoles y sus picaduras.

¿Realmente pican estos bichillos? ¿Son capaces de propinarnos mordeduras?

Pues bien, aunque es cierto que estas plagas poseen una boca, no tienden a propinarnos picaduras o mordeduras.

Por esta razón, muchos de ellos son considerados inofensivos y solo resultan molestos por devorar las plantas en los jardines y huertas, y por dejar su rastro de baba en cada rincón.

De hecho, algunas personas suelen coger a estos animaluchos entre sus manos, dejándoles esparcir su baba en la piel.

Sin embargo, esto no quiere decir que los caracoles no puedan dañar de ninguna forma nuestra salud; y es que, si bien no propinan picaduras, existe una especie que puede llegar a causar serios problemas si se entra en contacto directo con su mucus o su excremento.

Este bichillo se trata, nada más y nada menos, que del caracol gigante africano, del cual hablábamos anteriormente.

Esta especie esconde un peligro del cual no todos han sido advertidos, y hay quienes incluso los mantienen como mascotas.

Lo que no saben es que su linesina o baba puede propagar ciertas bacterias que resultan amenazadoras para la salud.

Esto puede ocurrir si la baba toca la piel, y puede llegar a producir síntomas como vómitos, diarreas y peritonitis.

En fin, aunque es cierto que  no propinan picaduras, algunos de ellos pueden afectarnos de manera distinta.

Por ello, será mejor prevenir el contacto con estos bichillos, especialmente si se desconocen sus tipos o especies.

¿Son peligrosos los caracoles?

Como mencionábamos anteriormente, la mayor parte de estos bichos no se considera verdaderamente dañina o peligrosa.

Ahora bien, el inconveniente con tener estas plagas en el jardín o la huerta es que pueden acabar con las plantas y cultivos que se tengan, produciendo pérdidas considerables y resultando necesario su exterminio.

Sin embargo, más allá de eso existe una especie de caracol catalogada como potencialmente peligrosa: el caracol gigante africano.

Sobre este bichillo te comentamos en el segmento anterior. Si leíste bien, habrás comprendido que su baba puede ser fatal.

El asunto es que, al igual que los otros caracoles, este animalucho desprende una baba o mucus al arrastrarse.

El verdadero problema es que, a diferencia del resto de las especies, esta sustancia puede transmitir ciertas bacterias bastante peligrosas.

Esto ocurre cuando la baba toca la piel, por lo que se aconseja coger al animal con guantes o protección.

Asimismo, las bacterias pueden transmitirse a través del contacto con las heces expulsadas por el caracol en cuestión.

Esto nos hace pensar que, aunque existen cientos de especies de caracoles, no todas son tan inofensivas como parecen.

Ejemplo de ello es el caracol gigante africano, el cual, aunque se vea indefenso, forma parte de la lista de los 100 animales más peligrosos del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

¿Cómo eliminar a los caracoles?

Evidentemente, nadie quiere tener en casa una infestación por ningún tipo de plaga, aunque se trate de los inofensivos caracoles.

Así que, si estas experimentando una invasión de estos bichos, no dudes en seguir los siguientes consejos para eliminarlos.

Recolección manual de los caracoles

Preferiblemente en días de lluvia, podemos tomar una caja y retirar nosotros mismos a los moluscos que encontremos por allí.

Si tenemos aves de corral, como las gallinas o los patos, también podemos dejar que ellas los coman.

Igualmente, podemos atrapar a estos bichos colocando telas que les sirvan de refugio, para luego retirarlas y echarlas al basurero.

Uso de Ferramol

Si la plaga parece incontrolable, te recomendamos probar con eso que llaman Ferramol.

Su compuesto de fosfato férrico ayudará a interrumpir la alimentación de los caracoles, acabando con ellos.

Puede utilizarse incluso en temporadas de lluvia sin perder su efectividad, y está aprobado como solución ecológica.

Para aplicarlo, se deben esparcir los granitos entre las plantas del jardín que están siendo afectadas por estos moluscos.

Remedios caseros para acabar con los caracoles

Alejar caracoles
Alejar caracoles. Photo by Yael Gonzalez. Unsplash.

Si el problema es mayor de lo que pensabas y no has podido controlar a esta plaga, puedes optar por:

Cáscaras de huevo aplastadas

Un método sencillo pero efectivo de acabar con estos bichos es esparciendo cáscaras de huevo aplastadas entre las plantas.

Su textura rugosa lastimará el pie de la babosa e impedirá que continúen transitando entre el jardín.

Sal

Tal vez hayas intentado el experimento de rociar sal de mesa sobre una babosa, viendo cómo acaba por morir.

Pues bien, lo mismo ocurre con los caracoles que tienden a deshidratarse al entrar en contacto con la sal.

Puedes esparcir un poco sobre la tierra y entre las plantas, y así evitarás que estos bichos proliferen en ellas.

Café

Aunque no lo creas, el café funciona como un poderoso repelente natural contra estas molestas plagas.

Puedes coger café frío y verterlo en una botella con dispensador, para luego rociarlo en las plantas y la tierra.

También puedes rociarlo directamente sobre estos animalillos y servirá para eliminarlos.

Ajo

Al igual que con el café, puedes colocar un poco de ajo machacado con agua en una botella, esperar un par de horas y luego rociar el líquido sobre las plantas del jardín, las piedras y sobre los propios moluscos.

Más trucos para matar a los caracoles

Si todo lo anterior no ha sido suficiente para deshacerte de estos animaluchos, tal vez deberías probar estos truquillos:

Recurrir a los depredadores naturales

Algunos animales, como las tortugas y las aves, tienden a alimentarse de ellos, por lo que puede recurrir a ellos como una alternativa para controlar a estas plagas invasoras.

Hacer trampas con lechuga

Colocar hojas de lechuga en ciertos lugares llamará la atención de estos moluscos, haciendo que se posen sobre ellas.

Luego, podrás coger las hojas repletas de bichos y deshacerte de ellas, de una buena vez.

No regar demasiado el jardín

Como la humedad atrae a los caracoles, evita regar las plantas demasiado para que el rocío no los atraiga.

Rociar cenizas en el jardín

Las cenizas funcionan como un repelente para estos bichillos, así que puedes esparcirlas entre las plantas para evitar que aparezcan.

Trampas con cerveza

Tal vez suene un poco loco, pero es un truco que nunca falla. Puedes coger un trapo empapado de cerveza y colocarlo entre las plantas para atraer a estos moluscos.

Éstos acabarán por treparse en el paño y se intoxicarán con el alcohol, resultando más fácil su eliminación.

Si no tienes cerveza en casa, también puedes usar leche, agua con azúcar o jugo de uvas.

Ahora que sabes todo lo que necesitas sobre los caracoles y cómo eliminarlos, finalmente podrás alejarlos de tu jardín.

Si aún no logras deshacerte de estos moluscos, no dudes en contactar a un especialista en el control de plagas.

Él se encargará de realizar la debida evaluación y de proporcionar el tratamiento adecuado para acabar con estos tediosos animalillos.

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